El concepto de cabina que Airbus imagina para el año 2050 es un prototipo de avión fruto de sus concepciones más innovadoras que, de llegar a construirse, podría transformar sustancialmente las actuales aeronaves comerciales. Tiene un techo transparente, que permitiría al pasajero admirar las vistas durante el vuelo, asientos ergonómicos y un espacio de realidad virtual en el que el viajero podría desde jugar al golf hasta hacer sus compras.
“Nuestras investigaciones muestran que los pasajeros del 2050 querrán vivir una experiencia placentera durante su viaje, al mismo tiempo que exigirán que los aviones sean respetuosos con el medio ambiente,” dijo en la presentación el vicepresidente ejecutivo de la división de ingeniera de Airbus, Charles Champion.
La compañía, que proyectó un video sobre sus diseños futuristas en el Observatorio de Greenwich (sureste de Londres), hizo hincapié en la necesidad de, eventualmente, desechar los actuales materiales con los que se construyen las cabinas de los aviones y sustituirlos por otros biodegradables.
La estructura “biónica” de estos hipotéticos aparatos del futuro, según los concibe la gigante de la aeronáutica, trataría de imitar la eficiencia del esqueleto de los pájaros, constituidos de materiales ligeros pero de gran dureza.
El sistema eléctrico de esta cabina “presentada” hoy puede compararse con el cerebro humano, explicó Champion, ya que estará integrado en una membrana que hará que los cientos de kilómetros de cable que actualmente recorren las aeronaves sean cosa del pasado.
Este prototipo de Airbus cuenta además con tecnologías para reducir la quema de combustibles, la contaminación acústica y las emisiones de CO2 y otros residuos.
Según el diseño, la membrana que conformaría las paredes de la cabina permitiría controlar la temperatura en el habitáculo, y los pasajeros gozarían de buena comunicación con el exterior, con la posibilidad de contactar con la familia vía videoconferencia.
El interior del avión imaginado por Airbus está dividido en zonas adaptadas a las diversas necesidades de los pasajeros, con una “zona revitalizante” que contaría con aire enriquecido con antioxidantes y vitaminas, iluminación ambiental, aromaterapia y tratamientos de acupuntura.
En la “zona interactiva”, los pasajeros podrían disfrutar de juegos interactivos o de una tarde de compras a través de hologramas de realidad virtual, mientras que el viajero que requiera asistencia personalizada tendría que dirigirse a la “zona de alta tecnología”.
Tomado de: Diario Ecología