Amazon ha dado el primer paso para implementar el servicio de entrega a domicilio con drones en Reino Unido. La mayor tienda de comercio electrónico del mundo y el Gobierno británico han anunciado este martes la firma de un acuerdo para expandir las pruebas de esta tecnología. La compañía quiere lanzar su servicio de entrega con aeronaves no tripuladas en Reino Unido en 2017, lo que convertiría a la isla en el primer país con este tipo de servicios.
Las pruebas se realizarán bajo la supervisión de la Autoridad de Aviación Civil británica (CAA, por sus siglas en inglés) y estarán centradas en la evaluación de la precisión de los drones para identificar y esquivar obstáculos, la posibilidad de pilotear los dispositivos más allá de la línea de visión los operadores y la capacidad de la compañía para gestionar y coordinar el vuelo de varios artefactos al mismo tiempo. Los ensayos serán realizados en zonas rurales y suburbanas
«Queremos habilitar la innovación que produce el desarrollo de la tecnología de los drones e integrar a estos dispositivos de forma segura dentro del sistema de aviación general», ha asegurado Tim Johnson, director de la CAA.
Amazon está intentando reducir su dependencia de las compañías logísticas como UPS y FedEx, por eso ha celebrado la decisión del gobierno británico de permitir las pruebas del servicio de entregas con drones. «El Reino Unido está trazando un camino para la tecnología de drones que beneficiará tanto a los clientes, como a la industria y a la sociedad», ha señalado Paul Misener, vicepresidente global de innovación y comunicaciones de Amazon. «Este anuncio acerca a Amazon al objetivo de utilizar drones para facilitar entregas seguras en 30 minutos a nuestros clientes», ha concluido.
La decisión del gobierno británico aumenta la presión sobre la Administración Federal de Aviación de EE UU (FAA), que aprobó en junio la primera regulación del país para el uso comercial de drones. La normativa establece severas restricciones, entre ellas la prohibición de que los drones vuelen más allá de la linea de visión de los operadores, una diferencia clave con la posición adoptada por el Reino Unido.
Fuente: El Pais