El avión de carga ucraniano Mriya está considerado como uno de los más grandes del mundo. Pero construido por Antónov en los años ochenta, hoy en día se utiliza en pocas ocasiones. Por ello, su reciente aterrizaje en Australia ha sido todo un acontecimiento.
Diseñado en Ucrania para transportar al transbordador soviético Burán, el An-225 es un avión único pues la caída de la antigua Unión soviética frustró la producción de más aparatos. Su primer vuelo lo realizó en 1988 y en 1994 dejó de surcar los aires.
De 88 metros de envergadura, mide 84 metros de largo, pesa 640 toneladas y es capaz de transportar cargas de hasta 250 toneladas. Tales dimensiones y capacidad convirtieron a este aparato en esencial para el transporte. De hecho, en 2001 comenzó a usarse de nuevo en expediciones esporádicas como llevar ayuda humanitaria en catástrofes como el terremoto de Haití de 2010 o el tsunami de Japón en 2011.
Ante tal curriculum, los amantes de la aviación convierten en un auténtico acontecimiento cada vez que el Antonov 225 emprende un vuelo. El último fue este mes de mayo. El Mriya aterrizó en el aeropuerto de Perth (Australia) procedente de Parga. La carga era un generador de 130 toneladas.
Fuente: El Economista