Los 550 metros cuadrados de las dos cubiertas del A380 dan para mucho; puede albergar duchas, suites privadas, bares y hasta exposiciones de arte.
Mucha gente sabe que el gigante de los cielos, el A380, es el avión más grande del mundo y tiene dos pisos, pero solo los afortunados que han viajado en él conocen con detalle los secretos que alberga dentro. Este modelo revolucionario es el favorito de los pasajeros; en 2015 ganó el premio al mejor tipo de avión de la prestigiosa revista estadounidense Global Traveler. Y no es para menos. Viajar en él es parecido a hacerlo en un jet privado, o incluso mejor. La configuración de su interior y los acabados dependen de cada aerolínea, por lo que en ciertos A380 se pueden encontrar comodidades tan llamativas como galerías de arte, duchas, suites privadas, bares y wifi en todo el avión.
En algunos aviones de la aerolínea Air France se han configurado 4 clases en este espacio, que equivale al de tres canchas de tenis. Première es la cabina más espaciosa de toda su flota y cuenta solo con 9 asientos. Un tocador, un guardarropa y un bar exclusivo con bufet son algunas de sus características más apreciadas. Además, en la clase Business de modelos seleccionados, la aerolínea encontró espacio suficiente incluso para colocar exposiciones artísticas en colaboración con algunos de los mejores museos del mundo.
La aerolínea Emirates brinda la posibilidad de bañarse a 40.000 pies de altura gracias a duchas spa instaladas en algunos de sus A380, incluyendo artículos de tocador exclusivos. Asimismo, hay algunas salas VIP en las que degustar licores, vinos y cócteles servidos por un barman.
De la misma manera, Singapore Airlines ha sacado un gran partido al espacio de un A380 creando lo que llaman el ‘Santuario del Cielo’, en el que los pasajeros disfrutan de la intimidad de cabinas personales amuebladas con sillones espaciosos y camas.
Luces led y climatización
Independientemente de la aerolínea a la que pertenezca cada avión, Airbus ofrece en el modelo A380 una tecnología de luces LED y fluorescentes capaces de mitigar el jetlag imitando 5.000 escenarios lumínicos a bordo, como el atardecer o el anochecer. Y el sistema de aire acondicionado permite un control de la temperatura por zonas, por lo que ningún pasajero pasa frío o calor.
Según Airbus, los viajeros no son los únicos que se benefician del A380; el planeta también lo hace, ya que sus emisiones de CO2 son mínimas y consume poco combustible. Cada 3 minutos despega o aterriza un lujoso gigante en alguna parte del mundo, lo que permite su disfrute a unos 3 millones de pasajeros al mes. (I)
FUENTE: El Universo