El avión Solar Impulse de desplaza hoy rumbo a Abu Dabi, en la última etapa de su viaje para circunnavegar la Tierra.
El avión despegó este domingo de El Cairo, capital egipcia, en su última etapa para regresar a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), país donde comenzó su periplo alrededor del mundo el 9 de marzo de 2015.
La aeronave impulsada por energía solar es pilotada en esta ocasión por Bertrand Piccard, quien se espera que aterrice en Abu Dabi tras un vuelo de 48 horas, tuiteó el Centro del Control de la Misión.
La aeronave llegó a El Cairo el 13 de julio procedente de Sevilla, en España, conducida en esa etapa por el piloto suizo André Borschberg.
Piccard y Borschberg se han turnado volando el avión impulsado por energía solar.
El aparato pesa 1.5 toneladas, mientras de un extremo al otro de sus alas mide 63 metros, está hecho de fibra de carbono y es apodado “paper plane” (avión de papel).
Vuela a una velocidad media de 50 km/h gracias a sus baterías de litio que almacenan la energía solar captada por 17 mil células fotovoltaicas instaladas en las alas.
En su vuelta al mundo, el aparato hizo escala en Omán (Emiratos Árabes Unidos), India, Birmania, China, Japón y Estados Unidos (Hawaii a San Francisco y Nueva York), para luego realizar su otro vuelo transoceánico para llegar a Sevilla, que tomó 70 horas y concluyó el 23 de junio.
Los internautas pueden seguir en directo este periplo, cuyo objetivo es promover el uso de energías renovables, gracias a cámaras instaladas en la cabina, en la cola y bajo las alas del avión.
Los fundadores del proyecto Solar Impulse prevén que el avión viaje alrededor del mundo para promover la conciencia sobre la energía renovable y sostenible para ahorrar combustible y proteger al medio ambiente.
El Solar Impulse no es el primer avión que utiliza la energía solar para volar, pero sí es la primera aeronave capaz de mantenerse en el aire también durante la noche utilizando solo la energía almacenada durante el día. Además, se trata del avión más grande construido con un peso tan bajo.
Fuente: La Gran Epoca