Fotografía: La Vanguardia
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Hablar del Beluga es hablar de uno de los aviones más curiosos y apreciados de nuestra historia de la aviación y que en la actualidad sigue en servicio. Es el cetáceo más grande de Airbus en surcar los cielos, llamado así por su parecido con la ballena blanca del Ártico. Es una aeronave de la clase de supertransportador destinada al transporte de componentes clave de los aviones desde las fábricas donde se construyen hasta los lugares de ensamblaje final en Francia, Alemania y España.
Subirse a un avión es hoy en día es algo normal en nuestras vidas, independientemente de la frecuencia con que sea haga, y, aunque la historia de la aviación se remonta mucho tiempo atrás, han sido muchos los que han diseñado estás máquinas capaces de vencer la gravedad y atravesar los cielos. Hoy en día contamos con numerosos modelos de aeronaves comerciales, aeronaves militares utilizadas para fines bélicos y también aviones de carga y de transporte que hacen la labor de puente aéreo entre las propias fábricas de los gigantes de la industria aeroespacial.
Cuando a principios de los 70 Airbus vio necesario el transporte aéreo de distintos componentes que antes se llevaban por tierra o por barco, no dudó en adquirir cuatro Super Guppy que eran conversiones del Boeing 377, paradójicamente fabricado por su eterno rival norteamericano, y que habían pertenecido al programa espacial Apolo de la NASA.
Pero estos aviones turbohélices ya bastante antiguas no dieron más de sí, además de que tenían un alto coste de mantenimiento y su capacidad no era suficiente para abastecer de las piezas necesarias para la producción de las factorías de Airbus. Se decidió que era el momento de evolucionar a un modelo propio.
Así, en 1992, a partir del fuselaje del Airbus A300 se desarrollaría una primera generación de aeronaves de carga con un espacio totalmente diáfano y circular, cuya tarea principal sería el transporte de los componentes desde los lugares de producción hasta las cadenas finales de montaje de las fábricas de Airbus. Además, estarían preparadas para otros trabajos como el traslado de componentes de la Estación Espacial Internacional, maquinaria industrial e incluso helicópteros.
Había nacido el Beluga, un avión con grandes modificaciones para poder llevar cargas de gran tamaño diseñado por Airbus y como respuesta al dominio de la industria de estados Unidos en el sector, que ya contaba con el Dreamlifter de Boeing, la aeronave de carga más larga del mundo y de la que se dice que parece tener joroba o que simplemente ha engullido mucho.
El montaje del avión terminó siendo su vuelo inaugural en septiembre de 1994. Su desarrollo pasó por mantener las alas, los motores, el tren de aterrizaje y parte del fuselaje. Se modificó sin embargo la estructura de la cola, más alargada y ensanchada, y con dos timones adicionales para mejorar la maniobrabilidad y estabilidad del avión. Se construyeron un total de cinco Belugas, nombre que tomó de éste cetáceo gracias a la particular forma de su chasis, semejante al de esta ballena habitante de los mares árticos.
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Articulo: Amelia E.