Fotografía: Airbus | Resumen: Beluga XL, el gigantesco avión con forma de ballena
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La demanda de aviones comerciales ha crecido enormemente en las últimas décadas. Airbus entregaba poco más de 300 aeronaves por año en 2003, según datos de Statista. En 2012, sin embargo, el número de pedidos por completar había crecido hasta aproximadamente 600 unidades. La empresa europea, que es una de las más importantes de la industria, se enfrentaba por aquel entonces a un enorme desafío: aumentar rápidamente su producción.
Evitar retrasos en las entregas le permitía posicionarse mejor en un mercado donde su principal competidor es Boeing, el gigante aeroespacial estadounidense. Si los aviones no llegan a tiempo a los clientes, estos pueden decidir elegir otro fabricante para futuros pedidos e incluso cancelar los pedidos en curso. Airbus quería evitar ese escenario y, aunque había optimizado su línea de producción, tenía un importante problema logístico.
¿Qué quedaba entonces? Construir su propio avión, después de todo este es su principal negocio (y habilidad).
Ahora bien, construir un avión desde cero es una tarea muy compleja que puede llevar años en completarse, además de requerir un enorme presupuesto e investigación. En este sentido. Airbus tampoco podía darse ese lujo. Necesitaba un avión de carga lo suficientemente grande como para transportar dos alas de un Airbus A350 al mismo tiempo. Como recoge la propia Airbus, la compañía decidió construir el nuevo avión sobre una plataforma existente, la del A330.
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Artículo: Xataka