El fabricante norteamericano suspendió la producción de todas sus plantas del área de Seattle y poco tiempo después, también en las factorías del resto del país, incluida la de Carolina del Sur.
En total, casi 150.000 empleados de la compañía se quedaron sin trabajo en marzo, aunque la compañía pagó los sueldos de los empleados, también se hizo un llamamiento para que se acogieran a las ayudas públicas gubernamentales o que aceptaran unas vacaciones pagadas.
Ahora, 27.000 de esos empleados volverán al trabajo en el área de Seattle, reactivando las cadenas de producción del B747, B767, B787 y B777. En cuanto al B737MAX, la cadena seguirá parada por el momento (aunque hay rumores de que podría reactivarse en mayo) pero los trabajadores continuarán trabajando en el programa MAX con el objetivo de que el avión reciba el certificado de aeronavegabilidad de nuevo, algo que parece que ocurrirá en junio o julio, según la última información disponible.
Para garantizar que la vuelta al trabajo sea segura pues, cabe recordar que ya han fallecido al menos 3 empleados de Boeing y hay más de 100 contagiados por Coronavirus, la empresa ha realizado un sistema de entrada escanolado, para evitar aglomeraciones. Además, ha instalado medidores térmicos para tomar la temperatura a todos los empleados y también los va a proveer de equipamiento de protección individual, sobre todo guantes y protección para la cara, que quedará completamente cubierta. También ha introducido cambios en los sistemas de producción basados principalmente en el distanciamiento social para evitar los contagios.
El fabricante espera que poco a poco la situación vuelva a la normalidad, incorporándose cada vez más gente a sus puestos de trabajo.
Articulo: Raúl Viorel M.