La misión de Wade Eastwood, un veterano coordinador de acrobacias, fue colgar a la megaestrella Tom Cruise de un avión en pleno vuelo… usando un traje.
Aún para ese experto esta escena sonaba algo exagerada.
“Es una de esas conversaciones en donde todos intercambian miradas y piensan ‘carajo’. Mientras tanto Tom (Cruise) sonríe y dice que será divertido», cuenta Eastwood a CNN.
Dos meses después de esta reunión Cruise estaría corriendo sobre el ala de un Airbus A400M, aferrándose a él mientras sube al cielo sobre la base aérea de Wittering en el norte de Inglaterra.
Pero la escena, una pieza clave para la nueva película “Misión imposible: Nación Secreta” y que se ha visto millones de veces en YouTube previo al estreno del filme, por un momento estuvo lejos de ocurrir.
Airbus se negó a esta propuesta porque la aeronave era nueva, y poco probada, dijo Eastwood. La contraoferta de la fabricante de aviones era: “Tal vez cuando (el avión) aterrice, pueden mirar fuera de la ventana”.
Después de pensar en otras opciones para el avión, Cruise le dijo a Eastwood “sólo quiero estar en la parte exterior del avión, regresa con ellos y preséntales la idea otra vez”.
En esta ocasión, Eastwood, quien también es piloto, presentó algunos planos para demostrar que Cruise estaría expuesto al menor peligro posible. Esto incluía un plan para que el actor pudiera entrar al avión en caso de una emergencia, el cual consideraba un arnés debajo de su traje y una plataforma especial justo en la puerta de la aeronave.
«Hicimos muchas pruebas con muñecos y todo ocurrió de acuerdo al plan. Lo siguiente ocurrió cuando el avión llegó a Inglaterra y Airbus nos entregó las llaves y nos dijo ‘Ok’”, relata Eastwood.
Pero no todo estaba bien –todavía–. Cruise aún necesitaba actuar mientras se enfrentaba a vientos de casi 300 kilómetros por hora, que podían convertir pequeñas partículas en escombros peligrosos.
El actor no quiso utilizar lentes especiales, porque eso evitaría ver el miedo en su rostro en la pantalla así que su equipo le colocó equipo protector en sus ojos, similar a lentes de contacto, para mantenerlo a salvo de los escombros, al mismo tiempo que le permitía mantener la mirada a pesar del viento.
El siguiente problema fue el arnés de seguridad, aunque lo mantenía a salvo, le dificultaba usar su cuerpo para actuar.
“Me siento como una marioneta. No podré vender el miedo”, recuerda Eastwood las palabras de Cruise.
El equipo agregó un poco de cuerda a la línea, lo que quería decir que si Cruise perdía el agarre del avión, entonces caería varios metros antes de que el arnés pudiera salvarlo.
“(En la escena) sus pies se resbalan del avión y él realmente se está aferrando a su vida”, dijo Eastwood. Las manijas que utiliza Cruise en la toma son en realidad paneles que el avión usa para aminorar la turbulencia.
Eastwood confiaba en que la acrobacia era lo más segura posible, pero había una sola cosa que le preocupaba: los pájaros. Ninguna medida de seguridad podía evitar que un pájaro se estrellara, pero minimizaron el riesgo al dispersar a las aves que estaban cerca del aeropuerto además de poner un radar en la cabina.
Luego estaba el despegue, otro riesgo para Cruise. Para realizar la toma el avión tenía que tomar un ángulo más parecido al de un despegue en un show aéreo.
«La toma era efectiva para ver cómo la pista se reducía. Esto quería decir una exceso de G para Tom”, dijo Eastwood refiriéndose a la fuerza gravitacional que añade peso y causa dificultades para mantener el balance.
Cruise y su equipo repitieron la escena ocho veces para lograr las tomas que se ven en la película. Nadie salió lastimado y Eastwood considera esta acrobacia “la mejor de los tiempos”.
Pero había poco tiempo para celebrar. Se necesitaban más escenas, una que requería que Cruise aguantará la respiración bajo el agua durante seis minutos.
Fuente: CNN Expansión