Aunque se ha demostrado que el transporte aéreo es el medio de transporte más seguro, de acuerdo a la Organización de Aviación Civil Internacional, una de cada seis personas, entre 35 y 55 años de edad –en su mayoría mujeres– sufren de aerofobia, es decir, el temor a viajar en aeronaves.
A pesar de que desde nuestro nacimiento hemos visto y muchos, viajado en avión, nos resulta difícil entender cómo es posible que una estructura de más de mil toneladas de peso pueda remontarse a más 10,000 metros de altura, llevando centenares de pasajeros y toneladas de carga.
Cada minuto se elevan miles de aviones alrededor del mundo sin ningún tipo de inconvenientes, ya que la posibilidad de un siniestro grave es de una en varios millones.
El miedo a viajar en avión tiene diferentes causas, como por ejemplo, una mala experiencia, la difusión a través de los medios informativos de accidentes aéreos recientes –por carretera se cuentan por miles diariamente y pocos se mencionan–, la claustrofobia y la tristeza que causa la despedida de seres queridos.
Hay cursos contra el miedo a volar que ayudan a despejar dudas, erradicar mitos y fantasías y modificar creencias distorsionadas de la realidad, pero hay técnicas que las mismas personas pueden poner en práctica, como ejercicios de respiración y relajación.
Según datos suministrados por autoridades aeronáuticas, el 70% de accidentes aéreos se deben a fallas humanas y el resto, a problemas técnicos. Pero lo más importante es que viajar en auto es más de veinte veces más peligroso que hacerlo en avión. Además, la ley exige que el mantenimiento de los aviones sea completo y riguroso.
No hay razón justificable para temerle al transporte aéreo.