Lufthansa anuncia una nueva clase premium, entre la económica y la ejecutiva, para la que fabricará 3.600 asientos que necestirán 10 km de tela
Después de mejorar la clase business de sus aviones, Lufthansa se percató de que la diferencia entre ésta y la turista era muy amplia. Tras hacer extensas encuestas y reuniones de trabajo, la aerolínea se planteó ofrecer una alternativa intermedia con mayor espacio y prestaciones, pero con un precio más cercano a la clase económica que a la ejecutiva: unos 600 euros de media de incremento para un vuelo de ida y vuelta a Norteamérica o Asia. Según Jens Bischof, director comercial de la compañía, la nueva clase económica Premium busca crear en el pasajero “una experiencia de viaje completamente nueva que combine el ser asequible con una gran comodidad”.
El proyecto es ambicioso. Los nuevos asientos podrán reservarse desde el próximo mes de mayo para volar a partir de octubre de este mismo año. Tal y como comentó Bischof durante la presentación, se llevará a cabo «la instalación de 3.600 asientos en los 106 aviones de largo recorrido de la compañía en solo un año», hasta verano de 2015. El coste por asiento equivale más o menos al precio de un Volkswagen Golf y en su fabricación se gastarán cerca de 10 km de tela. Y si los tiempos de ejecución han puesto el listón muy alto, las expectativas tras la operativa lo son aún más, dado que desde Lufthansa esperan «más de un millón y medio de pasajeros por año en la nueva clase económica Premium», asegura Bischof.
Más espacios y servicios
La privacidad y el confort vienen de la mano de asiento de entre 2,5 y 5 cm más ancho (en función del avión) y de cerca de 10 cm más en los laterales, gracias a un reposabrazos propio y una consola central equipada con enchufe y sujeta-botellas. Respecto al asiento delantero y trasero, la medida pasa de los casi 79 cm de la turista a los algo más de 96,5 cm de la nueva clase, lo que deja más espacio para estirar las piernas, que descansarán aún mejor gracias a un reposapiés. Los asientos se reclinan 13 grados más que los de la clase inferior y el reposacabezas varía el ancho por medio de unos ajustes laterales. Ideal para una cabezadita.
Las limitaciones a la hora de facturar el equipaje se lo pone difícil a más de uno, dado que en ocasiones cuesta meterlo todo en una sola maleta. Los que opten por esta nueva clase en sus viajes podrán llevar el doble que los de turista, ya que Lufthansa permitirá dos piezas de equipaje de hasta 23 kilos cada una. Una vez facturado y con las tarjetas de embarque en la mano, será posible acudir al Business Lounge pagando un extra de 25 euros, un acceso que hasta ahora solo estaba reservado a los portadores de billetes en clases superiores.
Una vez en el asiento, se descubrirán servicios adicionales, tales como una botella de agua y un kit de aseo y accesorios de viaje. Tras el despegue, la tripulación ofrecerá al pasajero una bebida de bienvenida y, poco después, un menú que seguirá siendo fiel a la calidad que dispensa la compañía a sus clientes, pero la comida se servirá en menaje de porcelana en vez de en recipientes de aluminio. El entretenimiento y la información están asegurados gracias al monitor individual, que crece 5 cm frente al de la clase económica estándar.
Fuente: ABC Viajar