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Según informó el medio chino Guangzhou Daily, Li no quería separarse de su tortuga, y al saber que estaba prohibido subirla a bordo del avión que lo llevaría hasta Beijing, puso al animal en medio de un pan de hamburguesa y la envolvió en papel de la cadena de comida rápida, KFC.
“No es una tortuga, es solo una hamburguesa”. De esta manera, un ciudadano de apellido Li intentó disuadir a la policía del aeropuerto Guangzhou Baiyun, en China, para que no abrieran su maleta y descubrieran que, en efecto, llevaba a su mascota adentro… y disfrazada de hamburguesa.
Sin embargo, no contaba con que al pasar la maleta por la máquina de rayos X, personal del aeropuerto notara unas “protuberancias extrañas” que se asomaban desde el envoltorio de comida, según informó The Telegraph.
Li fue obligado a abrir su equipaje y a dejar en libertad a la tortuga. Y tras reiterarle que estaba prohibido que el animal subiera al avión, el sujeto aceptó dejarla al cuidado de un amigo, y tomar el vuelo solo hasta Beijing.
Tras conocerse esta historia en la red social china Weibo, las opiniones han estado divididas. Mientras algunos se conmueven con el apego de Li hacia su tortuga, otros condenan el hecho de que la hiciera pasar por el estrés de envolverla y encerrarla en su maleta y más aún, que haya pasado por la máquina de rayos X.
Este no es el primer registro que se tiene de casos en que pasajeros intentan esconder animales, sobre todo, como contrabando para su eventual venta.
El año 2008, una mujer estadounidense viajó desde Tailandia hasta su país, escondiendo un macaco Rhesus dentro de su blusa y haciéndose pasar por embarazada. Logró pasar aduana y entrar a Estados Unidos, pero luego fue detenida cuando ella misma comenzó a contarle a la gente su “hazaña”.
Fuente: Informe21
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