No tiene la fascinación de un viaje a Marte, pero el último proyecto de la NASA, la agencia aeroespacial estadounidense, podría cambiar la forma en la que viajamos en la Tierra. Un avion eléctrico, bautizado X-57, que promete vuelos más económicos, más ecológicos y con menos ruido.
«Será el primer gran paso en la apertura de una nueva era para la aviación», aseguró este viernes en Washington Charles Bolden, el director de la NASA.
La gran ambición del proyecto es que desarrolle una nave viable comercialmente y que tenga un impacto real en la aviación. La primera impresión de los diseños están lejos de la espectacularidad de otros prototipos innovadores: es una avioneta convencional a la que se le ha modificado las alas para acoger una batería de propulsores eléctricos.
La X-57 llevará catorce motores alineados en unas alas mucho más estrechas de lo habitual. «El problema con el diseño de los aviones tradicionales es que las alas necesitan un tamaño suficiente como para que sean seguras en el despegue y aterrizaje, por lo que tienden a ser mayores de lo necesario una vez en vuelo», explicó Sean Clarke uno de los directores del proyecto.
El diseño salva este obstáculo con doce pequeños motores, que solo se activarán en el despegue y aterrizaje. Los otros dos, en las puntas de las alas y más potentes, son los que se utilizarán durante el vuelo. Se espera que un prototipo pueda ejecutar despegues dentro de un año y que el nuevo diseño de las alas esté listo dentro de dos años. Las alas se instalarán en una avioneta Tecnam P2006T, de diseño italiano.
El diseño tiene el honor de llevar la «X» que las Fuerzas Aéreas de EE.UU. otorgan a las naves experimentales que han cambiado el curso de la aviación. Por ejemplo, el X-1 fue el primer avión que rompió la barrera del sonido, en 1947; el X-15 (1959) fue el primer avión hipersónico. El seudónimo de la avioneta será «Maxwell», en homenaje a James Clerk Maxwell, el físico escocés del siglo XIX que realizó contribuciones clave en electromagnetismo.
Mucho más rápida
Las promesas del X-57 son muchas: su sistema de propulsores reducirá cinco veces el coste energético y sus costes operativos caerán un 40%. Además, evitará ruidos y podría ser más rápido que otras naves similares: para usar el combustible con eficiencia las avionetas convencionales van a una velocidad reducida.
Pero, al mismo tiempo, el primer prototipo tendrá muchas limitaciones: llevará encima más de 360 kilos de baterías, que se comerán dos de los cuatro asientos de los que dispone la avioneta y solo contará con un puesto de piloto, porque el otro asiento estará ocupado por instrumental. Además, tendrá una autonomía de solo una hora.
El X-57 no es el primer prototipo de avión eléctrico: otros están en marcha, como el GL-10, Helios, E-Fran o el Solar Impulse. Este último se alimenta con paneles solares y está completando una vuelta al mundo por etapas. Incluso el empresario e inventor Elon Musk ha mostrado su interés en meterse en este campo.
La gran carta del X-57 es su velocidad: podrá volar a 280 kilómetros por hora, lo que le da una gran ventaja respecto, por ejemplo, al Solar Impulse, que avanza a 40-60 kilómetros por hora. Esa velocidad de navegación es lo que le podría hacer un hueco en el mercado de avionetas comerciales a corto plazo. Los grandes aviones de pasajeros de propulsión eléctrica seguirán siendo un sueño.
Fuente: ABC