En los aeropuertos circulan dos tipos de bultos: 1. Las maletas, que hacen su recorrido por un laberinto de cintas transportadoras que (con suerte) les llevarán a su avión correspondiente y 2. Los pasajeros, que recorren obedientes los pasillos y escaleras mecánicas con la esperanza de llegar puntuales e indemnes a su destino.
En su condición de bulto humano, al pasajero se le escatima toda la información que no sea estrictamente necesaria para cumplir su cometido. El resultado es que en torno al enigmático mundo de la aviación comercial surgen todo tipo de rumores, especulaciones y sospechas.
De acuerdo a una entrevista que ofrecio un piloto de Iberia, que acumula 14 años de experiencia y 10.000 horas de vuelo. “Debería ser comandante, pero hace tiempo que en Iberia no corre escalafón”, protesta quedamente el aviador, estas son las respuestas a esos rumores que corren por ahi.
1. Las máscaras de oxígeno que se desprenden en caso de despresurización de la cabina sólo tienen 15 minutos de oxígeno.
“Es cierto. Sólo tienen aire para 12 o 15 minutos, pero es tiempo más que de sobra para bajar a 10.000 pies, unos 3.500 metros, una altura a la que el aire ya es perfectamente respirable. La maniobra de bajada no dura más de dos o tres minutos”.
2. La utilización de teléfonos móviles a bordo no es en absoluto peligrosa.
“Relativamente –matiza el subcomandante Marcos-. En los primeros minutos del despegue sí puede interferir con los instrumentos del avión, aunque eso sucede más en latitudes bajas; el resto del trayecto puedes ir tranquilamente con el móvil encendido, que no pasa nada”.
3. Si alguna vez te has preguntado por qué las luces del interior del avión se apagan a la hora de aterrizar, debes saber que es para acostumbrar los ojos de los pasajeros a las condiciones de una evacuación de emergencia.
“Es correcto. Ese es el motivo”, confirma Marcos.
4. Un vuelo puede retrasarse si la cafetera de a bordo no funciona.
“Por poder puede retrasarse, sí, pero hay que ser bastante talibán para retrasar el vuelo por una cafetera. A veces hay que tomar una decisión en el momento. Por ejemplo, no ha llegado la comida de clase business y tienes que optar entre esperar y dar el servicio o despegar para evitar que los pasajeros pierdan su vuelo de enlace. También puedes salir con el baño estropeado, pero como sea un vuelo de siete horas…”
5. En caso de emergencia, los aviones pueden volar con un solo motor en funcionamiento.
“Eso es cierto. Incluso si se paran los dos motores deberías poder bajar planeando. Es lo que le pasó al avión de US Airways que aterrizó en el Hudson, después de que se le metieran pájaros en los dos motores. Lo malo es que te quedes sin motores en mitad del océano, porque entonces tienes que planear y, si eres creyente, rezar. A mí, por suerte, nunca me ha pasado”.
6. Cada piloto come de una bandeja diferente con la finalidad de evitar que ambos puedan sufrir una intoxicación alimenticia simultánea.
En ‘Aterriza como puedas’, los dos pilotos y el telegrafista que se parecía a Kareem Adbul-Jabbar cometieron el error de pedir pescado para cenar, con las tragicómicas consecuencias que todos conocemos. Desde aquella admonición, el piloto y el copiloto de un avión siempre comen un plato diferente. “Al menos en teoría –matiza Marcos-. Eso dice el manual, pero si los dos queremos pollo hacemos una excepción. La norma es que el más mayor suele preferir pescado, no me preguntes por qué”.
7. Cuando hay lluvia intensa y la pista se encharca, los aterrizajes son mucho más bruscos para evitar el aquaplaning.
“Eso es así, definitivamente. Se conoce como “toma dura, toma segura””.
8. Los vuelos interoceánicos son un Sodoma y un Gomorra entre los pilotos y la tripulación de cabina..
En el vuelo en sí, no.
9. Si necesitas comida especial (vegetariana, apta para diabéticos, etc), ten en cuenta que te la servirán antes que a los demás.
“No tengo ni idea, eso no es de mi negociado, aunque supongo que para no equivocarse tiene sentido que los tripulantes de cabina repartan primero las comidas especiales. Puede ser”.
10. Los baños pueden abrirse siempre desde fuera.
“También es cierto –confirma el subcomandante Marcos-. Las puertas de los baños tienen una pestañita, que se puede levantar desde fuera. No hace falta que te explique el por qué de esta medida de seguridad”.
Tomado de: Blog Diario Público