Cada vez están más de moda los aviones no tripulados o drones que sin duda están haciéndose un hueco entre los consumidores de este tipo de tecnología que cada día interesa a más usuarios y que están comenzando a ser uno de los mayores reclamos para los amantes de los selfies.
Hoy conocemos a LiLy, el nuevo drone autónomo que es capaz de grabar vídeo en 1080 píxeles a 60 fps o 720 píxeles con 120 fps (cámara lenta). Pero estas no son ni mucho menos las características con las que Lily pretende diferenciarse del resto de drones existentes actualmente en el mercado sino que llega como avión no tripulado resistente al agua y el primero que es capaz de seguir al usuario por donde quiera que este se mueva.
LiLy tiene una curiosa forma de ponerse a volar y es que para ello tiene que ser lanzado al aire, para que la propia gravedad acelere al drone hacia el suelo, momento en el cúal los sensores reconocen esta acción y el avión comienza a volar antes de que caiga al suelo. Incluso si se da el caso de que llegue a caerse al suelo por no lanzarle lo necesariamente alto, éste intentará despegar también desde el propio suelo. También es posible hacer que Lily despegue desde la propia mano del usuario.
Cada vez están más de moda los aviones no tripulados o drones que sin duda están haciéndose un hueco entre los consumidores de este tipo de tecnología que cada día interesa a más usuarios y que están comenzando a ser uno de los mayores reclamos para los amantes de los selfies.
Hoy conocemos a LiLy, el nuevo drone autónomo que es capaz de grabar vídeo en 1080 píxeles a 60 fps o 720 píxeles con 120 fps (cámara lenta). Pero estas no son ni mucho menos las características con las que Lily pretende diferenciarse del resto de drones existentes actualmente en el mercado sino que llega como avión no tripulado resistente al agua y el primero que es capaz de seguir al usuario por donde quiera que este se mueva.
LiLy tiene una curiosa forma de ponerse a volar y es que para ello tiene que ser lanzado al aire, para que la propia gravedad acelere al drone hacia el suelo, momento en el cúal los sensores reconocen esta acción y el avión comienza a volar antes de que caiga al suelo. Incluso si se da el caso de que llegue a caerse al suelo por no lanzarle lo necesariamente alto, éste intentará despegar también desde el propio suelo. También es posible hacer que Lily despegue desde la propia mano del usuario.
El avión tiene capacidad para volar a una distancia mínima del usuario de 1,5 metros y una máxima de 30 metros, lleva la cámara integrada y un micrófono en el dispositivo de localización, por lo que el audio del usuario se podrá combinar con el vídeo del avión dando un magnífico resultado, ya que por lo general el sonido que suelen grabar los aviones no tripulados suele ser el que hace sus propios motores.
Este avión también es capaz de averiguar cuando el usuario está haciendo algo particularmente espectacular, como un salto en bicicleta o esquiando para capturar la pirueta en modo de cámara lenta automáticamente.
Fuente: Cinco Dìas