El Parawing de Ragallo: En 1948 Francis Ragallo y su esposa Getrude diseñaron un sistema autohinchable para volar. El parawing surgió por la afición de la pareja a hacer volar cometas y en la que dos superficies cónicas mantenían la estabilidad del dispositivo. La NASA valoró este globo como amortiguador de aterrizajes en naves como la Gemini, aunque en 1964 la idea fue descartada y se optó por los paracaídas. El Parawing ha servido de inspiración para fabricar cometas, paracaídas deportivos o ala deltas.
El Cóndor-Telaraña de MacCready: Paul MacCready fue uno de los mejores ingenieros aeronáuticos del siglo XX. En 1976 MacCready y el Doctor Peter B. S. Lissaman desarrollaron un vehículo capaz de volar con propulsión humana. Para ello se inspiraron en los ala deltas aumentando el área de las alas. La parte inferior consta de una góndola y un elemento de sustentación ligero. El 23 de agosto de 1977 el Cóndor Telaraña planeó por encima de un recorrido en forma de ocho que le valió el Premio Kremer. Asimismo este vehículo ha servido de inspiración paradrones de propulsión solar.
Jetpack de Yves Rossy: Un jetpack es un cohete que se coloca en la espalda y se autopropulsa. El suizo Rossy fue más allá y le añadió unas alas de fibra de carbono para poder volar. El primer vuelo documentado con este artefacto fue sobre los Alpes, durante el que se alcanzó una velocidad de 300 kilómetros por hora. Posteriormente Rossy trató de sobrevolar el Estrecho de Gibraltar, pero los fuertes vientos impidieron su gesta.
El salto BASE: Es una práctica deportiva consistente en saltar desde edificios, antenas, puentes o acantilados. Para amortiguar la caída los saltadores llevan un paracaídas especial y un traje cuya estructura es similar a la anatomía de las ardillas voladoras. El salto BASE es un deporte que a pesar de sus grandes riesgos gana día a día mayor número de adeptos, ya sea por la descarga de adrenalina o por los paisajes que el saltador puede contemplar a su paso.
Puffin: El Puffin o «frailecillo» es un vehículo aéreo capaz de transportar a una persona a 240 kilómetros/hora en un radio de 80 kilómetros. Desarrollado por la NASA, actualmente se encuentra en fase de desarrollo. Pese a todo se estima que puede ser una solución de transporte para el futuro. Este mini avión es sostenible gracias a su batería de litio, hierro y fosfato y apenas hace ruido. Quién sabe si en el futuro reemplazaremos los atascos de nuestras carreteras por atascos en el cielo.
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