Hay muchas formas de seducir a un niño o una niña para que se interese por el mundo de la aviación. Los juguetes son, evidentemente, una herramienta muy eficaz, al igual que los libros. Pero hay otros, como la cucharilla tuneada de avión que veremos.
Cuchara para dar de comer a la niña
En un país como Francia, donde la aeronáutica y la aviación está muy integrada en el tejido social, es decir, entre las clases altas y medias, la juventud e incluso en el medio rural, con un espléndida red de aeródromos y campos de vuelo de ultraligeros y vuelo a vela, las manifestaciones de la presencia y del cariño que se tienen por la aviación saltan a la vista en muchos lugares.
Imponente sacapuntas acoplado a un cuatrimotor
Recientemente en Girona había un producto Made in France de lo más simpático. Una cuchara de pequeño tamaño, ideal para dar de comer a niños de corta edad, convenientemente tuneada de avión.
Otro ejemplo de artículos para niños vinculados a la aviación fue uno que hubo hace años en la fábrica de Airbus en Toulouse. En el despacho de la empresa encargada de la visita, donde vendían los tikets y productos de merchandising, vendían un sacapuntas. Pero no era un sacapuntas cualquiera: ¡estaba acoplado a un avión cuatrimotor!
Percha para la ropa de niños, vista en Saint-Girons
En el encantador pueblo de Saint-Girons, paraíso de los neorrurales, había en un mostrador una percha para ropa de niños, decorada como avión.
Y en la cercana población de Foix, en la fachada de una desvencijada agencia de viajes, no puede evitar fotografiar unos minúsculos dibujos de avión, que decoraban y daban lustre al marco de madera del comercio.
Aprovecho para decir que en Foix, en una tienda de libros de segunda mano se encontraba «L’aviation spatial américain», de Yves Candal, editado en 1994. Una joya.
Dirigible de fantasía, visto en una exposición de juguetes en Mirepoix
En el pueblo medieval de Mirepoix, hace unos años, en vísperas de Navidad, ese encontraba una modesta exposición de juguetes antiguos. Pues bien, había un buen surtido de máquinas de coser, pero también dos aeroplanos y un fantasioso dirigible.
En definitiva, si en Francia practicamente cada 100 km. se puede encontrar un campo de vuelo, no es de extrañar que existan muchos objetos relacionados con la aviación y, especialmente, los pensados para los más pequeños, los aviadores/as del futuro. Ah!, y en las librerías de segunda mano es raro no encontrar un libro de aviación.
Fuente: Aerotendencias
Edición: AeroIasca