El combustible es una de las partidas de gastos más grandes de toda compañía aérea, y precisamente por eso es uno de los aspectos que más se cuida, estudia y analiza, en busca de la reducción de emisiones contaminantes, la eficiencia y, sobre todo, del ahorro.
El consumo de combustible está directamente relacionado con el peso. Existen, y de hecho se han aplicado ya, muchas formas de reducir peso a los aviones, al margen de limitar el peso del equipaje que pueden llevar los pasajeros: sustituir la mayordomía de loza por la de plástico o las neveras por hielo seco, dejar sólo un horno para calentar la comida, eliminar la prensa, dar una sola capa de pintura a los aviones, etc.
Pero sin duda, las medidas operacionales son las más eficaces. Una correcta planificación del vuelo, con información en tiempo real, sobre todo para los vuelos de largo radio es fundamental para hacer los cálculos adecuados; minimizar los tiempos de rodaje, adaptar las salidas y llegadas a cada tipo de aeropuerto, y, en definitiva, realizar una correcta gestión del vuelo puede suponer ahorrar muchos cientos de millones al año.
Por otro lado, un mantenimiento adecuado de las aeronaves y una mayor eficiencia del espacio aéreo, recortando aquellas rutas que lo permitan, son otras formas de garantizar un consumo de combustible eficiente.
Los nuevos materiales utilizados por los fabricantes, especialmente la fibra de carbono, han supuesto un importante avance en este sentido, ya que los aviones han reducido notablemente el peso de todos sus componentes y piezas.
Y aunque sea una obviedad, los aviones más modernos consumen menos, así que una flota renovada siempre será menos contaminante y más eficiente que una flota antigua.
No obstante, hay que tener en cuenta que el Comandante de un vuelo carga aquella cantidad de combustible que considere necesaria para realizar la operación aérea con seguridad y eficiencia. Las limitaciones o instrucciones relativas al combustible desde el punto de vista comercial o del ahorro de costes pueden no ajustarse a los criterios de seguridad. La seguridad y la eficiencia no pueden estar reñidas, ni siquiera respecto al consumo de combustible.
Información de: Desde la Cabina de Vuelo