Gobiernos de países como Dubái, Abu Dabi o Singapur reconocen los beneficios económicos de la conectividad aérea, y entienden la necesidad de estimular esta industria y apoyarla con infraestructuras necesarias, en vez de castigarla con impuestos o regulaciones.
En Perú, con su vasta población, su creciente clase media y uno de los destinos turísticos y de negocios más atractivos del mundo, no pueda beneficiarse de una mayor conectividad aérea. Para ello, el país necesita ver en la industria de la aviación ese poderoso catalizador de crecimiento y desarrollo económico.
Y en ningún otro lugar es tan necesario un enfoque proactivo como en el aeropuerto internacional de Lima Jorge Chávez. Este aeropuerto recibe el 99% del tráfico aéreo internacional que visita Perú, atiende el 91% de los vuelos nacionales y es, además, un centro de conexión. Perú tiene todo a su favor para convertirse en uno de los principales hubs de la región. Sin embargo, su principal aeropuerto está casi al límite de su capacidad y no podrá absorber el 5,3% de crecimiento anual del tráfico aéreo que se espera en los próximos cinco años. Esta situación se traduce directamente en una pérdida de crecimiento económico, y coloca a Perú en clara desventaja frente a otros hubs de la región que ya han puesto en marcha la inversión necesaria para garantizar una conectividad aérea robusta que los sitúe en primera línea de juego.
No obstante, Perú parece haber empezado a tomar medidas ya. La propuesta de incrementar su capacidad operativa hasta 35 movimientos por hora en el aeródromo limeño es un buen primer paso aunque queda margen para incrementarlo más. Y el proyecto de ampliación del aeropuerto, que contempla la construcción de un nuevo terminal y una segunda pista, también es una buena noticia. Sin embargo, esta importante mejora infraestructuaria no estará lista hasta 2020, por lo que es fundamental que las autoridades peruanas aseguren la entrega en plazo de los terrenos pendientes destinados a la ampliación del aeropuerto.
Hasta entonces, será necesario maximizar de forma eficiente la infraestructura aeroportuaria actual con el fin de absorber el mayor tráfico posible, y siempre tratando de evitar que los pasajeros sufran los inconvenientes de un aeropuerto congestionado. Las aerolíneas entienden que pasarán unos años antes de que se abran las nuevas puertas de embarque. Mientras, una buena solución sería permitir a la aviación comercial utilizar parte de las áreas destinadas a la policía y al ejército peruano. Las aerolíneas se han comprometido a proporcionar el mejor servicio posible a los viajeros, pero la saturación en el aeropuerto de Lima socava su capacidad para proporcionar un servicio aéreo oportuno y eficiente.
Para IATA, la colaboración es un elemento clave del éxito. Y en el caso que nos concierne, estamos seguros de que el resultado de la ampliación del aeropuerto nos beneficiará mucho más si se permite la participación de aerolíneas, y otras partes implicadas, en el plan director. IATA trabaja para asegurar la participación de todas las partes interesadas en este proceso y la consecución de un consenso común. En octubre, IATA presidió un consejo con representantes de aerolíneas, Lima Airport Partners (LAP), Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Viceministerio de Turismo, DGAC, OSITRAN, CORPAC, así como representantes de las asociaciones AETAI y ALTA, para llegar a un consenso sobre los problemas actuales en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
La aviación comercial ha recorrido un largo camino. Y estamos seguros de que, a medida que la aviación se adentra en su segundo siglo, su contribución a las economías del mundo, a los vínculos entre las personas y a un mayor acercamiento cultural, será más importante. Sus humildes inicios hace un siglo han quedado atrás. Este año, la aviación comercial transportará cien veces la población de Perú ―cerca de 3.300 millones de pasajeros―, una cifra que en 2034 crecerá más del doble y alcanzará los 7.300 millones. Perú puede ser una parte importante de esta historia de éxito, y estamos seguros de que si el país aborda de manera efectiva sus problemas en infraestructuras, el segundo siglo de la aviación comercial será aún más fructífero que el primero.
Fuente: Peter Cerda, Vicepresidente Regional de las Américas Asociación de Transporte Aéreo Internacional, Aeronoticias