Aunque mucha gente tiene miedo a volar, el avión sigue siendo el método más confiable para viajar. De hecho, el año 2017 fue el año más seguro de la historia de la aviación, ya que no se registró ninguna víctima mortal en vuelos de grandes aerolíneas comerciales. Para lograr esta seguridad aérea, son muchas las precauciones que se deben tomar antes, durante y después del vuelo.
Una de ellas tiene relación con la alimentación, y es la regla que impide que los pilotos y copilotos ingieran la misma comida mientras trabajan. Aunque pueda parecer una norma arbitraria, en realidad hay una buena razón detrás de ella. En caso de una intoxicación alimentaria, el piloto que no se haya visto afectado podrá hacerse cargo de los mandos y continuar capitaneando la nave.
Aunque esta práctica no es un mandato oficial y cada aerolínea tiene su propia normativa al respecto, la mayoría de ellas coinciden en aconsejar a sus pilotos que eviten ciertos alimentos como el pescado crudo antes y durante el vuelo. En caso que decidan comer lo mismo, no deben hacerlo al mismo tiempo. Uno de ellos deberá esperar al menos media hora, cuando el primero acabe, por si la comida estaba en mal estado.
No obstante, las intoxicaciones alimentarias solo afectan a un porcentaje mínimo de los millones de menús que se sirven cada año en los aviones. Pero ha sucedido. Por ejemplo, en 1984 British Airways estuvo involucrado en un importante brote de salmonella que afectó a varios vuelos e infectó a gran parte de su tripulación y a casi mil pasajeros. El impacto fue mundial y pudo haber provocado el cese total de las operaciones de la aerolínea durante unos días. Por suerte, no ocurrió ningún accidente grave.
Sin ir tan lejos, el año pasado ero en un vuelo de Lanzarote a Dinamarca, el copiloto no pudo continuar al mando del avión porque no le sentó nada bien el guiso de repollo que le habían servido, y estuvo con náuseas y vómitos durante todo el trayecto. Entonces, el capitán decidió encargarse él solo y sin ayuda alguna del resto del recorrido.
Si bien estás teniendo sudores fríos pensando en tu siguiente vuelo, puedes estar tranquilo. Los expertos coinciden en asegurar que la posibilidad de una doble intoxicación de los pilotos es prácticamente inexistente.
Fuente: La Vanguardia Ediciones