Alguna vez nos hemos preguntado por qué los aviones no se caen cuando les impacta un rayo. Pues bien vamos a intentar explicar este tema que parece tan complejo. En los últimos 30 años, no se ha perdido ningún avión de gran porte debido a tormentas eléctricas. Y se estima que, en promedio, cada avión comercial es alcanzado por un rayo cada 1.000 horas de vuelo. Y si echamos cuentas durante el día hay aproximadamente 93.000 vuelos. Como me encantan las estadísticas, me informé cuál es el promedio de hora de vuelo que hace un avión y empecé a calcular cada cuánto recibe un rayo un avión. Pues bien si el promedio de una aeronave son 12h de vuelo al día y cada 1.000h recibe un rayo, al cabo de hacer unas cuantas operaciones os saldrá alrededor de 3 meses el impacto de un rayos a una aeronave. Los datos más conservadores dicen que al menos 1 impacto por año recibe cualquier aeronave.
Antes de explicar lo que ocurre cuando un avión recibe un rayo, les quiero mostrar un video impactante donde observamos una cantidad ingente de vuelos que se realizan diariamente (aproximadamente 93.000).
Después de ver todos los vuelos que hay diariamente les diré que la razón principal por la que un rayo no es capaz de derribar un avión en vuelo es porque el fuselaje de aluminio de la nave actúa como una “jaula de Faraday”. ¿Y qué es una Jaula de Faraday? Pues bien, cuando un recinto cerrado está recubierto de metal, el interior del recinto no recibe influencias de campos eléctricos externos, ya que su campo eléctrico es nulo. Diciéndolo de una forma más clara, cuando a un recinto recubierto de metal se le aplica electricidad, el interior no la recibe, sino que ésta se transmite sólo por el exterior. El hecho es que una superficie cerrada conductora aísla eléctricamente el interior respecto al exterior de la misma. Para que veas que no les ocurre nada este video es bastante impactante donde nos muestra un Boeing 747 de ANA recibiendo un impacto de un rayo cuando estaba despegando.
En este otro ejemplo observamos el mismo principio de Faraday pero sin aplicarlo a la aeronáutica. Como ves, el hombre sale intacto de la jaula, ya que los rayos entraron por la parte superior y, tras recorrer la jaula por el exterior, salieron por la parte inferior.
Ésto era sencillo de explicar porque siempre han dicho que la teoría es lo fácil, pero vayamos a la realidad y pongámonos en la situación de un avión. Si te fijas el avión entero no es una caja continua de aluminio ya que tiene ventanas y por ellas puede entrar electricidad. Por otro lado, en este momento los nuevos aviones que se están fabricando son de fibra de carbono (material semiconductor) y hasta hace unos años, con la incorporación del Boeing 787 compuesto con un 50% de fibra de carbono, los aviones eran de aleaciones ligeras y resistentes, como el aluminio y el cobre.Es decir, que el efecto de la jaula de Faraday no suele ser perfecto en un avión real. El principal peligro de esto es la posibilidad de que resulten dañados los equipos eléctricos y electrónicos de a bordo, especialmente el sistema de navegación.
Para evitar este riesgo, existen distintos sistemas de protección. Por ejemplo, los nuevos aviones de fibra de carbono suelen tener unas mallas de material conductor destinadas a derivar la energía eléctrica hasta disiparla a través unas pequeñas piezas metálicas conocidas como descargadores de estática. También existen barreras aislantes que impiden que la descarga acceda a lugares críticos. Además, hay que tener en cuenta que los equipos vitales del avión suelen ir duplicados o triplicados.
Descartando el impacto de un rayo en el accidente de un A-330 Air France |Vía El Mundo|
Para que veas que no es un problema hoy en día, la última catástrofe producida por un rayo fue en 1963 por un BOEING 707 de la Pan Am, en el que un rayo generó una chispa que incendió uno de los depósitos de combustible y provocó una explosión en el ala izquierda cuando se disponía a aterrizar, causando la muerte de todos los viajeros. Esto condujo a la instauración de nuevas normas de seguridad, que requieren la instalación en las aeronaves de sistemas que aseguren que una chispa no haga explotar los tanques o los conductos que llevan el combustible a los motores. Por desgracia estos problemas se han ido solventando después de catástrofes como éstas.
Aunque es evidente que ha habido diferentes incidentes de menor envergadura durante todos estos años atrás, el último incidente reciente fue a principio de este año en un vuelo de Turkish Airlines donde hubo un incendio en un motor y tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia.
Es evidente que el susto te lo llevas, pero como todos sabemos el avión es el transporte más seguro del mundo.
La moraleja es sencilla; el piloto debe ser prudente y evitar todo tipo de tormentas.