La cola del avión de AirAsia que se estrelló el pasado 28 de diciembre en el mar de Indonesia con 162 personas a bordo fue subida este sábado a la superficie, aunque las cajas negras de la aeronave no están en su interior.
“Vamos a volver a examinarla para confirmar que las cajas negras no están”
Para recuperar la cola, que estaba a unos 30 metros al fondo del mar, se usaron boyas hinchables, indicaron las autoridades indonesias a la Agencia France Press.
«Hemos levantado la cola del avión con una grúa y la hemos puesto en el barco ‘Crest Onyx’. Vamos a volver a examinarla para confirmar que las cajas negras no están», dijo a la AFP un portavoz del ejército indonesio, Manahan Simorangkir.
La pieza, de unos 10 metros de longitud, fue depositada en la cubierta superior de un barco del equipo de rescate a la espera de la llegada de los inspectores encargados de localizar las piezas, precisó a su vez la agencia Efe.
Tras un rápido examen las autoridades confirmaron que los dispositivos no se encuentran entre los restos recuperados. «Las cajas negras todavía están desaparecidas», señaló Abdul Aziz Jaafar, jefe de la Marina indonesia, en su cuenta de Twitter.
Las dos cajas negras, que en realidad son de color anaranjado, guardan los registros de las conversaciones en la cabina y los datos de vuelo y son esenciales para conocer qué le sucedió al avión antes de caer al mar.
La búsqueda de las cajas negras
Durante la jornada del viernes, un barco desplegado para la misión de rastreo captó una serie de débiles señales sonoras intermitentes bajo el agua y a más de un kilómetro de la cola del aparato que podrían pertenecer a las cajas negras, precisa Efe.
Nurcahyo Utomo, investigador de la Comisión Nacional de Seguridad en el Transporte, indicó a los medios que no se ha podido localizar de momento la procedencia de las señales, ni confirmar si pertenecen a las cajas negras del avión siniestrado.
Los sistemas de sonar utilizados para explorar el fondo marino tampoco han detectado metales en la supuesta zona donde se podrían hallar las cajas negras.
Las autoridades también apuntaron la posibilidad de que los aparatos, que cuentan con una batería para enviar señales durante 30 días, estén enterrados en el barro y por ello los sonidos son tan débiles.
La fuerte corriente marina en la zona y la escasa visibilidad bajo el mar han obligado en más de una ocasión a suspender los trabajos de los buceadores.
Otra de las prioridades de la misión es localizar la sección principal del fuselaje del avión, donde se cree estén atrapados los cuerpos sin vida de la mayoría de pasajeros que aún están desaparecidos.
«Todavía estamos buscando el cuerpo del avión donde la mayoría de víctimas podrían estar atrapadas», declaró Suryadi B. Supriyadi, director de las operaciones de búsqueda.
Hasta la fecha, los equipos de rescate han recobrado 48 cadáveres de las 162 personas que viajaban a bordo.
Un quinto objetos fue localizado en la zona donde se cree que cayó la aeronave con 162 personas a bordo.
Un vuelo trágico
El avión de AirAsia que realizaba el vuelo QZ8501 despegó de Surabaya en la madrugada del 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas horas más tarde en Singapur, pero se estrelló en el mar de Java unos 40 minutos después de partir.
Transportaba tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio, un singapurés y 155 indonesios, entre pasajeros y una tripulación de siete personas.
The Associated Press añade que el descubrimiento de la cola del avión esta semana fue un gran impulso para las lentas búsquedas.
Por su parte, el ministro de Transportes Ignasius Jonan lanzó una operación contra cinco aerolíneas el viernes, suspendiendo de forma temporal 61 vuelos, porque hacían sus rutas en días para los que no tenían autorización. Antes, todos los vuelos de AirAsia de Surabaya a Singapur, la ruta que hacía el vuelo 8501 cuando desapareció el 28 de diciembre, fueron suspendidos después de que se supiera que la operadora de bajo coste no tenía permiso para volar los domingos.
Además, Jonan sancionó a nueve funcionarios por permitir que el avión despegara sin permisos, elevando a 16 el número de personas amonestadas.