Fotografía: Infobae| Resumen: Satena, la aerolínea estatal de Colombia
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-El avión de Satena pasó bajo los arcos de agua en la pista del aeropuerto de Maiquetía, que sirve a Caracas, como manda el tradicional rito del sector aéreo cuando se abre una nueva ruta. Ese Embraer ERJ145, con capacidad para 50 pasajeros, acababa de realizar el pasado 9 de noviembre el primer vuelo internacional en los 60 años de historia de la aerolínea estatal de Colombia.
El mandatario vislumbra un futuro inédito para la aerolínea estatal, que depende del Ministerio de Defensa. Su plan es que viaje no solo a Venezuela, sino a “todas partes del mundo donde se pueda”, compita con las aerolíneas privadas, promueva el turismo y tenga “un papel activo en la industrialización del país”, según dijo el pasado jueves en la base aérea de Catam, durante la ceremonia por los 103 años de la Fuerza Aérea Colombiana, encargada de su operación desde que nació. “Satena debe convertirse en la aerolínea bandera de Colombia”, afirmó Petro, en línea con su visión de que el Estado puede prestar servicios esenciales. A la espera de los detalles, ese sueño ha dividido opiniones, pues varios observadores consideran que la desvía de su función social.
La idea de poner a competir a Satena con las aerolíneas privadas va en contra de la corriente. Con las particularidades de cada país, y de cada mercado, hay más de un espejo en el cual verse reflejado en la región.
“El mundo aerocomercial es altamente competitivo y demanda miles de millones de dólares en capital”, opina el consultor y político Santiago Castro, que fue director de la Aeronáutica Civil entre 2010 y 2014. Muy pocos actores han logrado tener réditos positivos, e incluso las aerolíneas más exitosas del mundo han pasado por periodos de números rojos, advierte.
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Artículo: SANTIAGO TORRADO