Tenga el mejor viaje a su destino aplicando la correcta planificación.
Seguro que ya estás cerrando tus vacaciones para este verano y tienes pensado hacer un viaje a algún lugar paradisíaco en el que las eternas horas de avión parecen no pasar nunca. Para que el ‘sufrimiento’ del viaje hasta llegar al destino soñado no se haga insoportable, tome en cuenta estos siete estupendos consejos.
1. Elige bien tu asiento
La situación dentro del avión es muy importante. En los vuelos de larga distancia los interiores suelen contar con tres filas. Para estar cómodos conviene tener en cuenta las veces que uno suele ir al baño, si tenemos problemas de circulación que nos obligan a levantarnos con frecuencia o si, por el contrario, somos de los que nos quedamos dormidos incluso antes de que el avión despegue. Dependiendo de nuestros hábitos será conveniente intentar escoger asientos cerca del pasillo, para no tener que molestar a los compañeros, o junto a la ventana, donde es más cómodo apoyar la cabeza. Si tienes miedo a volar intenta situarte en la parte delantera del avión, las turbulencias suelen ser más evidentes en la cola.
2. Lleva ropa cómoda
Lo más recomendable es vestir ropa holgada o deportiva que nos permita movernos fácilmente. Vamos a pasar muchas horas sentados, por lo que habría que evitar que los pantalones nos aprieten, que los zapatos sean difíciles de quitar o poner, o que vayamos con muchas capas, pues en este último caso corremos el riesgo de que perdamos alguna de ellas tanto en el control de seguridad como en el propio vuelo. Aunque se viaje a un lugar cálido, en los aviones suele haber bajadas de temperatura. Para evitar pasar frío lo mejor es llevar algo de abrigo.
3. Kit para dormir
Hay viajeros que tienen una facilidad increíble para quedarse dormidos en cualquier lado. Si eres de los que tienen el sueño ligero, te recomendamos que te lleves un kit que te ayude a conciliar el sueño. En él incluiremos una almohadilla para la cabeza, con la que evitaremos coger una mala postura y que nos duela el cuello al llegar al destino, unos tapones para aislarnos de los ruidos de nuestro alrededor y, si el vuelo es diurno, un antifaz. Este último nos permitirá tener los ojos descansados.
4. Revisa las condiciones de las comidas de la aerolínea
La mayoría de los vuelos de larga distancia incluyen alguna comida a bordo, aunque no todos. Antes de volar es importante estar informados de cuál es nuestra aerolínea y si cuenta o no con este servicio. De no ser así, lo más recomendable es que nos llevemos algún bocadillo o refrigerio de casa. Si por el contrario la compañía incluye comida, debemos asegurarnos de que no tenemos alergia o intolerancia a ningún alimento. Muchas de ellas cuentan con diferentes opciones de menú según las especificaciones médicas o las necesidades de los clientes.
5. No te olvides del entretenimiento
Los aviones cada vez están más preparados para entretener a los pasajeros: pantallas digitales en los asientos con películas, juegos, música, etc… Aunque no todos cuentan con estos servicios. Para evitar llevarnos sorpresas o que el viaje sea largo y aburrido, lo mejor es que nos llevemos algún libro, música o, si viajamos en grupo o en familia, algún juego que permita distraernos. Hay que asegurarse también de llevar cargados todos los gadgets pues, aunque algunas aerolíneas tienen puertos de USB para cargar los dispositivos, no suele haber demasiados.
6. Lleva un kit de aseo
Comer, dormir y los cambios de temperatura del avión harán que terminemos con la boca pastosa, sudorosos y con aspecto de cansancio. Lo recomendable para llegar bien al destino es meter en nuestro equipaje de mano un pequeño neceser con cepillo de dientes, pasta, toallitas húmedas para limpiarnos, crema hidratante, un peine y un pequeño desodorante. Esto nos ayudará a mantener la higiene durante el viaje y a evitar el mal aspecto una vez hayamos aterrizado.
7. Evita las escalas muy cortas
Los vuelos de larga distancia suelen tener como mínimo una escala. Para no ir todo el viaje mirando el reloj, nerviosos y salir del avión con prisas y empujones, hay que evitar que entre uno y otro haya poco tiempo. Es importante tener en cuenta que es posible que alguno de ellos sufra un retraso y, de ser el primer vuelo, quizá podríamos perder el siguiente. Intentemos que los enlaces sean lo suficientemente largos como para bajar del avión con tranquilidad, no tener que ir controlando el tiempo y, en el caso de que haya que pasar un control en el aeropuerto del enlace, no nos veamos agobiados.
Fuente: Economía Hoy