Viajar en avión no es quizá la experiencia más aséptica del mundo: filas y filas de estrechos asientos llenos de personas con todo tipo de toses, resfriados y cuestionables hábitos higiénicos compartiendo el mismo aire, mismos reposabrazos y todos los gérmenes presentes en los viajes.
Algunos estudios han encontrado gérmenes —desde E. coli, que causa diarrea severa, hasta estafilococo áureo, una bacteria resistente a muchos antibióticos— en numerosos lugares de los aviones, en los que llegan a vivir hasta días enteros.
No se puede ser completamente inmune, pero si viajas en avión es mejor para tu salud que no toques las siguientes siete cosas:
1. Los reposabrazos
Cuando los investigadores aplicaron una virulenta cepa de E. coli en apoyabrazos de avión, comprobaron que la bacteria resistió durante 96 horas —más tiempo del que duró en las mesas plegables o el botón de la cisterna del baño—.
Tocar la superficie contaminada no basta para contagiarse, pero al llevarse las manos a los ojos o a la boca después de haber estado en contacto con ella se puede incurrir en riesgo de infección.
2. Las mesas plegables
Según reveló un estudio de la Universidad de Arizona en 2007, cuatro de cada seis mesitas plegables dieron positivo en estafilococo áureo y norovirus (responsable de brotes de gastroenteritis). Y lo que es peor, muchos tripulantes de cabina reconocieron que sólo las limpian una vez al día.
Asegúrate de que hay una barrera entre tu comida y la mesita y lávate las manos antes de comer, aconseja el doctor Phyllis Kozarsky, experto en medicina de viajes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. «Lo más importante es protegerse todo lo posible», aseguró a The Huffington Post.
3. El pomo del interior de la puerta del baño
«Los pasajeros necesitan ir al aseo y lo que hacen algunos es tocar los reposacabezas del pasillo durante el camino, usar el baño, no lavarse las manos y abrir la puerta», explica el doctor Michael Zimring, autor del libro Healthy Travel (Viaje saludable). Por eso, recomienda utilizar papel higiénico para agarrar el pomo de la puerta al salir.
4. El botón de la cisterna
Este lugar es un hogar seguro para la E.Coli durante 48 horas —eso es lo que duró la bacteria cuando los científicos la aplicaron sobre la superficie—. Recuerda: no te puedes infectar sólo al tocarla, pero para minimizar el contacto con todos los gérmenes, lo mejor es cubrirse la mano con papel higiénico antes de pulsar el botón.
5. El grifo del lavabo
Sí, la E. coli vuelve a aparecer aquí. Alrededor de un 30% de los mandos de los grifos estudiados en 2007 contenían esta bacteria. Lo recomendable es que utilices el codo u otra parte del cuerpo para abrirlos y cerrarlos, si es posible.
6. Las mantas
Varios tripulantes de cabina confirmaron que las mantas normalmente entran limpias en el avión cada mañana, pero se vuelven a utilizar en el resto de vuelos del día. Si quieres escapar a los posibles gérmenes, lo mejor es evitarlas.
7. El asiento del váter
En el 20% de ellos los científicos encontraron E. coli. Este punto también es válido fuera de los aviones: no es recomendable tocar ningún asiento de váter con las manos en ningún lugar. Nunca
Fuente: huffingtonpost