Hay que adentrarse hasta lo profundo del bosque de Oregon para poder verlo, de lo contrario sólo es divisable desde las alturas.
Allí entre la espesura del follaje hay un avión Boeing 727 estacionado, que a simple vista parece haber sido abandonado a su suerte, pero no.
El jubilado ingeniero eléctrico, Bruce Campbell, adquirió la nave como chatarra y la transformó en su hogar. Equipó la máquina con las comodidades básicas de una casa promedio y pasa allí seis meses al año.
Era un sueño que tenía hace tiempo, reutilizar los aviones dados de baja y evitar así que fueran a parar a los ‘corrales’ de naves muertas.
«Mi objetivo es cambiar el comportamiento de la humanidad con mi pequeña especialidad», dice Campbell, quien gastó más de 200 mil dólares y muchas días de trabajo en su nueva morada.
En el interior del Boeing tiene un sofá que usa como cama, una ducha y un microondas… básicamente lo necesario para vivir.
El hombre quizás desea evocar los mejores tiempos de la aeronave, esos cuando cruzaba los cielos del mundo, pero ahora desde tierra, desde su nuevo hogar.
Fuente: Publimetro