El piloto iba rumbo a Hawaii a bordo de un Cirrus SR-22, pero el motor se detuvo a 400 kilómetros de Maui y comenzó a caer a pique.
El piloto era el único tripulante del pequeño avión, de un solo motor. Un mal cálculo de la distancia que debía recorrer lo hizo quedarse sin combustible a mitad de camino, lo que lo obligó a desplegar maniobras de emergencia.
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Había partido el domingo de Tracy, California, y se dirigía a Maui, Hawaii. A las 12.30 se comunicó con la torre de control del archipiélago para comunicar que ya estaba consumiendo el tanque de reserva y que no llegaría a destino.
La Guardia Costera se hizo cargo de la emergencia. En primer lugar, le dijeron que cambiara su rumbo y se dirigiera hacia un crucero que navegaba por la zona.
El piloto obedeció, y una vez que estuvo cerca de la embarcación, se preparó para el amerizaje.
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A las 16.45, el motor se detuvo. Entonces, accionó el paracaídas de emergencia. Para ese momento, las cámaras de la Guardia Costera empezaron a registrar todo.
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El avión comenzó a caer a pique, y de haber continuado así el impacto con el agua habría sido letal. Pero el piloto se las ingenió para enderezar la aeronave y hacerla planear. Así, logró aplacar la intensidad del amerizaje.
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Cuando el avión estaba ya flotando, salió rápidamente y se subió a un bote salvavidas. Allí aguardó unos minutos, hasta que una lancha proveniente del crucero lo rescató. Estaba en perfectas condiciones de
salud.
Fuente: Eju! /Noticias SIN