Volar no siempre es cómodo, pero si lo hace en primera clase y a bordo de alguno de los aviones de Emirates, elegida la mejor aerolínea del mundo en 2013 por los pasajeros, puede que no quiera bajarse del aparato. Suites privadas, minibar personal, tocador, armario y separador de ambientes; duchas con hidromasaje y servicio de spa, toallas de hilo; una gastronomía exquisita con platos disponibles a la carta durante todo el vuelo servidos en porcelana fina Royal Doulton, cubertería Robert Welch y los mejores vinos. Si quiere socializar durante el vuelo, dispone de dos bares para disfrutar de aperitivos exclusivos y hasta de un Grand Cru.
El único siete estrellas del mundo
El Burj Al Arab de Dubái es el hotel más lujoso del mundo, el único siete estrellas y el único que cuenta con un restaurante bajo el mar, el Al Mahara. Construido sobre una isla artificial en el mar, tiene la forma de una imponente vela de 321 metros de altura.
Todas las habitaciones son suites, con mayordomo y muestras de Hermès y La Praire incluidos. Una noche allí cuesta entre 1.800 y 28.000 euros; la Suite Real, a partir de 100.000.
De Madrid a Estambul para sentirse como un vip
Las salas vips de los aeropuertos son una opción para matar el tiempo entre vuelos y no siempre hay que viajar en primera para acceder a ellas. La sala Velázquez de Iberia
en Barajas tiene zonas de trabajo y relax, duchas, carta de vinos y oferta gastronómica.
En Estambul, Turkish Airlines ha remodelado su sala del aeropuerto Ataürk. Dispone de simulador de golf, duchas y camas de masaje. Turkish incorpora a su flota en Madrid el Airbus A330, que operará uno de los tres vuelos diarios entre las capitales.
Fuente: Cinco Días