Cientos de aviones en tierra y vuelos sin pasajeros

Andrea Enríquez Cousiño junto a uno de los aviones en los que trabaja.

   

Lo más espectacular de volar en tiempos de coronavirus es presenciar los aeropuertos llenos de aviones vacíos y de aviones con motores tapados. Y el silencio. 

«Es sobrecogedor». Andrea Enríquez Cousiño no se anda con paños calientes a la hora de describir a Business Insider España su sensación al trabajar durante estos días.

«Los vuelos siempre van llenos, se transporta a muchísima gente a diario, y hemos pasado de hacer vuelos con previsión de overbooking a ver tantísimos aviones parados en el aeropuerto…», relata.

 
 

Andrea es lo que erradamente muchos llaman azafata, pero es formalmente, tripulante de cabina de pasajeros, desde 2016 –tiene 28 años–, y asegura que esta es «la situación más inaudita y surrealista» que ha vivido profesionalmente. Lo que, como Andrea, tantos profesionales de la aviación están experimentando, son las drásticas caídas en los vuelos que sufren estos días las aerolíneas a consecuencia de la pandemia.

Las restricciones a los viajes a nivel mundial han provocado una enorme caída en la demanda que podría llevar a la quiebra de aerolíneas si los gobiernos no intervienen para frenar la sangría.

«Jamás había visto aviones con los motores tapados», dice, añadiendo que en las pistas se acumulan multitud de aeronaves de distintas compañías.

El parón provocado por el COVID-19 se nota, en consecuencia, en el ritmo de trabajo. La tripulante de cabina ha pasado de hacer cuatro vuelos diarios a tener dos en todo el mes de abril. La semana solo trabajó dos, y ahora espera en casa por si la vuelven a llamar.

Lo que han podido presenciar los tripulantes de vuelo ha sido cómo la crisis del coronavirus iba avanzando por el mundo. Andrea trabaja en vuelos de corto radio, pero ha visto bien cómo los pasajeros iban, progresivamente, equipándose con mascarillas y guantes… hasta que apenas quedó alguno.

«La situación para nosotros empezó a ser preocupante porque que no vengan viajeros es una mala señal, son nuestros clientes». A ella le preocupaba especialmente la posibilidad de contagio en los vuelos.

En ese sentido, las aerolíneas tomaron medidas como separar a los viajeros entre sí, pero ni siquiera hizo falta: en aviones de 130 personas, viajaban 50 pasajeros –a pesar de estar vendidos todos los billetes– así que había espacio de sobra para sentarlos lejos unos de otros… e incluso para enseñar la demostración de seguridad pasajero por pasajero, como ha relatado ella en la cuenta de Instagram (@azafatahipoxica) que ha creado para contar con humor las curiosidades del mundo de la aviación.

 

Esta noticia fue publica en los medios el 28 mar 2020.

Fuente: AlBa Asenjo