Los riesgos de estar cerca de una turbina encendida

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– Quizás uno de los casos más famosos que se han dado en las últimas dos décadas ocurrió en El Paso, Texas, el 16 de enero de 2006. El Boeing B737-500 de Continental Airlines (ahora United Airlines) con matrícula N32626 se preparaba para despegar hacia Houston, también en Texas, cuando una inspección visual detectó un charco de aceite bajo el motor del lado derecho del avión, el número 2. 

Como Continental no tenía base fija de mantenimiento en El Paso, se avisó a los mecánicos de una empresa contratada para este fin, que acudieron al avión a realizar las oportunas comprobaciones. Sin embargo, el FBO (fixed base operator) no se puso en contacto con la central de la aerolínea para solicitar la parte específica del manual para las fugas de aceite ni los pasos que tenían que seguir, sino que como se averiguaría después, se guiaron por su experiencia. 


3 mecánicos acudieron a la aeronave y abrieron las cubiertas laterales de los motores para una mejor inspección. Acto seguido, pidieron al capitán que arrancara el motor para comprobar de donde venía la fuga. Un mecánico se colocó en el lado interior del motor, es decir, entre el motor y el fuselaje. Otro se colocó en el lado exterior y un tercero se colocó a cierta distancia, pues estaba aprendiendo. 

El motor se estabilizó al ralentí y permaneció así durante 3 minutos, después, el mecánico solicitó al capitán ponerlos al 70% de su potencia durante 2 minutos, dado que no se observaba ninguna fuga bajo el motor. Habiéndose asegurado mediante el primer oficial que el área estaba despejada, el capitán del avión procedió a cumplir con lo solicitado por el TMA y puso el motor al 70% de potencia. En ese momento, testigos del accidente vieron como el mecánico del lado exterior se puso de pie y se acercó demasiado a la entrada del motor, acabando absorbido por el mismo 90 segundo después de seleccionar la potencia del 70%. 

Ante el golpe sufrido, el capitán bajo inmediatamente la potencia del motor y lo apagó, sin embargo, era demasiado tarde, el mecánico había sido absorbido por el motor número 2. Después del impacto inicial ante esa situación, los pasajeros fueron desembarcados rápidamente del avión y se acordonó la zona. 

La investigación oficial determinó que no se siguieron los protocolos para estas situaciones: los TMA no solicitaron el manual de operaciones a la compañía que establecía como se debía actuar ante esta situación. Además, también se determinó que los TMA no tenían la formación suficiente, siendo esta inferior a la que tendrían unos mecánicos contratados directamente por la aerolínea. Además, también se culpa al aeropuerto por permitir que un motor a reacción de un avión comercial estuviera por encima de la potencia de ralentí en el área de la terminal. 

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Esta noticia fue pública en los medios el 21 de agosto 2020.

Articulo: Raúl Viorel M.