Un Boeing B777-200ER (matrícula HL7574) realizó el vuelo programado KE957 desde el aeropuerto de Seúl, en Corea del Sur. Pero, a su llegada a Tel Aviv (Israel), el avión fué llevado a un área remota del aeropuerto, lo más lejos posible de las puertas de embarque. Las autoridades israelíes rodearon rápidamente la aeronave y sólo permitieron el desembarco de 12 ciudadanos israelíes que fueron llevados en ambulancias a un hospital par ser puestos en cuarentena preventiva.
Al resto del pasaje, más de 200 personas, y la tripulación del vuelo no se les permitió desembarcar bajo ningún concepto. Sólo se permitió a la tripulación que iba a realizar el vuelo de vuelta y que ya se encontraban en Tel Aviv desde hace unos días, embarcar a la aeronave. El avión fué repostado en el área remota y fué obligado a despegar de vuelta a Seúl, con todos los pasajeros a bordo.
Korean Air ha cancelado otros vuelos que tenía programado para por miedo a que se pueda repetir esta misma situación. Todo esto viene a raíz de que Corea del Sur haya elevado el nivel de riesgo por el virus al máximo posible tras un tercer fallecimiento en suelo coreano y más de 170 nuevos infectados.
Articulo: RAÚL VIOREL MOGA