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Leonardo Da Vinci y La Aviación

Melzi se ocuparía de cuidar de su legado histórico durante toda la vida y guardó celosamente los papeles del maestro hasta su muerte. El legado de Leonardo pasaría a Orazio, hijo de Francesco Melzi, quien actuó muy descuidadamente, mal vendiendo, regalando, perdiendo o dejando que le robaran la valiosa herencia. Los papeles de Leonardo se desperdigaron y la mayoría permanecerían ocultos durante muchos años. Gracias al cuidado de personas que admiraron a Leonardo, sus documentos se han ido recopilando a lo largo del tiempo en códices, de los que actualmente se tienen el Atlántico, los dos de Madrid, el de Leicester y Arundel y el de Turín.

El códice de Turín, que recoge el estudio de Leonardo sobre el vuelo de los pájaros, contiene, junto con el códice Atlántico, la mayor parte de los trabajos aeronáuticos de Leonardo. En el códice de Turín hay una gran cantidad de texto y pocos dibujos. El texto es farragoso, está escrito de izquierda a derecha y aplicando una simetría, tal y como hacía Leonardo, de forma que para descifrarlo es necesario auxiliarse de un espejo. La mayor parte del trabajo aeronáutico lo llevó a cabo entre los años 1485 y 1490, en Milán. Muchos estudios los hizo durante la época de la gran epidemia de peste, como si pretendiera evadirse de la realidad que en aquél momento le rodeaba. El trabajo aeronáutico de Leonardo permaneció prácticamente oculto hasta el siglo XIX, por lo que ni sus contemporáneos ni los que les siguieron pudieron beneficiarse de las ideas de este hombre del Renacimiento.

Leonardo Da Vinci fue un hombre “adelantado a su tiempo” que concibió toda clase de artefactos. Muchos de ellos anticiparon o crearon las bases de sus equivalentes modernos. La pieza que encapsula su capacidad para trabajar más allá de las ataduras de su tiempo es el ornitóptero, su máquina voladora.

Da Vinci pasó muchas horas viendo y estudiando el vuelo de las aves. Observó su aleteo mientras despegaban o estaban en vuelo y quiso reproducirlo al construir el ornitóptero. El aparato comparte características con la actual ala delta o hang glider, pues sólo requiere de un piloto que opere con manos y pies el sistema de poleas, palancas y pedales para simular el vuelo.

Fuente: articuweb
Fuente: articuweb

La palanca de mano aumentaba la producción de energía y las alas fueron hechas para aletear como las de los pájaros. Sin embargo, aunque el ornitóptero se veía impresionante en papel, Da Vinci nunca lo construyó en su momento. Aunque hubiera podido funcionar durante el vuelo, el despegue parecía una tarea imposible, ya que no se conocía la manera de producir la suficiente energía para levantarlo del piso; si hubiese podido hacerlo volar, probablemente la historia que conocemos sería diferente y el mundo estaría dominado por el idioma y poder italiano.

Da Vinci no limitó sus experimentos al ornitóptero. Uno de sus diseños se adelantó 400 años al actual helicóptero. Conocido como el tornillo aéreo, sus hélices giraban como un sacacorchos y comprimían aire para elevarse, principio que compartieron sus sucesores. Aunque la teoría era sólida, los científicos modernos creen que la máquina hubiera sido muy pesada para despegar, por lo que se quedó sólo en papel.

También se le acreditan a Da Vinci los primeros diseños de los que sería el paracaídas. A pesar de que los escépticos dudaban de su efectividad, por la forma triangular y el armazón de madera, en el año 2000 se construyó un prototipo basado en este diseño y materiales de la época, el cual se sostuvo perfectamente. Al igual que da Vinci introduciría por primera vez en la historia un concepto aerodinámico, especialmente novedoso y cierto, precursor de los túneles de viento. Puso de manifiesto que tiene el mismo efecto una corriente de aire incidiendo sobre un cuerpo, que el cuerpo moviéndose contra el aire en calma a la misma velocidad que la corriente. Muchos expertos, anteriormente e incluso después de Leonardo, dudaron que esto fuera cierto. Los túneles de viento que se construirían posteriormente, se basan en este principio, ya que impulsan aire sobre un cuerpo fijo para medir las fuerzas que el flujo de aire ejerce sobre el cuerpo.

Además fueron ideas suyas la inclusión de válvulas en las alas de los ornitópteros para evitar la resistencia durante el movimiento ascendente, el diseño de dispositivos capaces de medir la fuerza de resistencia de un ala cuando se mueve perpendicularmente a la dirección de la corriente de aire y la utilización de alas de murciélago con articulaciones. Son especialmente famosas dos de sus ideas: el paracaídas piramidal y el helicóptero.

Aun así y todo, el mayor mérito del genial maestro florentino sería marcar un antes y un después en el estudio de la disciplina aeronáutica. Con Leonardo, por primera vez en la Historia, el problema del vuelo se abordaría con mentalidad y rigor científicos. Desgraciadamente, sus aportaciones, que fueron muchas, quedarían ocultas y las personas que le siguieron no pudieron beneficiarse de ellas.

Con Informacion de: elsecretodelospajaros.com/dingox.com/AeroIasca

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