Sobre la una de la madrugada (hora local) del pasado 3 de marzo, un fuerte tornado impactó en el oeste de la ciudad norteamericana de Nashville, en Tennessee. El primer punto fueron las cercanías del aeropuerto John C. Tune, ubicado en el oeste de la ciudad, un aeródromo utilizado sobre todo para aviación general y ejecutiva.
La tormenta ha sido tan fuerte que ha destruido la práctica totalidad de las instalaciones del aeropuerto, así como las cercanas al mismo. Los hangares han sido reducidos a montones de escombros, los aviones han sido movidos y apilados encima de los escombros o directamente dados la vuelta. Las líneas de corriente que suministraban energía al aeropuerto han sido arrancadas de cuajo.
Las primeras estimaciones calculan varias decenas de millones de dólares en pérdidas, cifra que sigue aumentando y que lo seguirá haciendo en las próximas horas dado que la mayoría de las aeronaves están tan dañadas que es imposible que vuelvan a volar.
El tornado fué perdiendo fuerza según penetraba en la ciudad de Nashville, pero a su paso ha dejado, de momento, 22 fallecidos, además de miles de personas sin suministro eléctrico y de agua potable. Los destrozos se cuentan por toda la ciudad y se estudia declarar la ciudad como zona de desastre. Las autoridades han pedido a las personas que no se acerquen al aeropuerto bajo ningún motivo hasta próximo aviso, dado que muchos propietarios se han acercado a inspeccionar el estado de sus aviones pero, simplemente, no los han encontrado dado que están sepultados bajo toneladas de escombros.
Fuente: RAÚL VIOREL MOGA